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ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA SITUACIÓN DE LAS COMUNIDADES RURALES DE LA ZONA SUR DE USULUTÁN, CON RELACIÓN AL TERREMOTO ACAECIDO EN EL SALVADOR EL DÍA SÁBADO 13 DE ENERO DE 2001.
· Las comunidades que eran abastecidas a través de miniacueductos carecen del vital líquido debido a que los derrumbes de piedras y tierra rompieron el sistema de tuberías, además de que la mayoría de tanques de captación han sufrido agrietamientos o se han roto totalmente. La problemática se vuelve mayor debido a que los manantiales, donde podrían proveerse en defecto del agua entubada, han sido soterrados o contaminados.
· En las comunidades donde la fuente principal la constituyen los pozos, cuentan con agua proveniente de aquellos que fueron fortalecidos con tubos de concreto armado, a los cuales se les está dando un uso comunitario. El resto de pozos artesanales se “acampanó” y luego se hundió.
· La crítica situación de contaminación ambiental, debida a la escasa infraestructura sanitaria, se complica dado que las ondas sísmicas destruyeron un 90% de las letrinas aboneras secas familiares construidas. Actualmente un 95% de hombres y mujeres han vuelto a la practica de defecación “al aire libre”.
· Las situaciones arriba expuestas aunadas a un deplorable sistema de salud gubernamental, que ya enfrentaba una alerta amarilla por epidemia de rotavirus, hace prever que en los próximos días se produzca una estrepitosa alza en la incidencia de enfermedades diarreicas agudas. Si hacemos la correcta valoración de que la diarrea es un estado de deficiencia nutricional aguda y la sumamos a la “histórica” deficiencia nutricional, nos damos cuenta que debemos iniciar hoy mismo acciones de choque tendientes, por lo menos, a minimizar las consecuencias.
· En todas las comunidades hay un alto porcentaje de viviendas que se derrumbaron y de viviendas que aún están de pie pero que por los estragos del terremoto no pueden ser habitadas. Toda esta población damnificada no ha abandonado sus zonas y se encuentran pernoctando, en áreas cercanas a los escombros, al aire libre; careciendo incluso de materiales provisionales, como plástico, láminas y mantas, que les permitan protegerse de las inclemencias del tiempo. Cabe señalar que el mayor número de estas comunidades está ubicado en zonas montañosas donde los vientos y la temperatura nocturna son cruentos. Pudimos constatar que hombres y mujeres, pero principalmente niños y niñas, ya adolecen de infecciones respiratorias agudas que van desde simples manifestaciones catarrales hasta casos graves de bronquitis agudas y otras, que necesitan de atención urgente.
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